Vida viajera dio un paseo por la Fontana di Trevi, construida en 1762 y una de las fuentes más célebres de Roma.
La Fontana di Trevi se encuentra al final de un largo pasillo, flanqueado por dos paredes cubiertas con imágenes de Roma. La fuente en sí está formada por jacinto, pórfido rojo y mármol travertino en un diseño sencillo que evoca el aspecto de una antigua ruina romana.
Una visita a la fuente de Trevi es imprescindible cuando se visita Roma. Sus famosas estatuas barrocas de Neptuno y Tritón, de color dorado, que vierten agua en su cuenca central, son un elemento emblemático de su viaje. La fuente del siglo XVII fue construida por Francesco Borromini a instancias del Papa Inocencio X. Cuando la visite, hay dos formas de disfrutarla. La primera es dar un paseo alrededor de esta magnífica fuente para poder ver su belleza desde todos los ángulos. La segunda es arrojar una moneda y pedir un deseo al hacerlo: la leyenda dice que, para tener buena suerte, hay que volver algún día.
El lugar es hermoso, se siente una atmósfera única.
Con 26,3 metros de altura y 49,15 metros de ancho, es la mayor fuente barroca de la ciudad y una de las más famosas del mundo.
Y de noche más linda.
Vidaviajera agradece a Pablo y Susana todo el apoyo que nos brinda día a día.
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