Uno de los lugares más elegidos por los turistas que visitan Buenos Aires es sin dudas la Feria de San Telmo y el Parque Lezama. Ideal para recorrerlo y disfrutarlo, posee algunas perlas artísticas que el equipo de vidaviajera te va a mostrar.

El Parque Lezama es uno de los muchos paseos tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en el barrio de San Telmo, y sede del Museo Histórico Nacional. Algunos historiadores creen que en este lugar fue realizada la primera fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza en 1536, abandonada un año después por la hambruna, las enfermedades y la hostilidad de las tribus querandíes.

El terreno perteneció a distintos propietarios hasta que, en 1857, fue comprado por el hacendado salteño Gregorio Lezama, quien importó árboles y plantas exóticas y contrató a paisajistas europeos para que diseñaran uno de los jardines privados más lujosos de la época. Su viuda, Ángela Álzaga, vendió los terrenos a la comuna en 1894 con la condición de que se convirtieran en un paseo público con el nombre de su marido.

El parque tiene varias esculturas, monumentos (entre los que se destaca el de Pedro de Mendoza, primer fundador de la Ciudad de Buenos Aires), un anfiteatro, un mirador y una fuente. En sus alrededores se encuentra, sobre la calle Defensa, el Museo Histórico Nacional, que fue la casona que habitó Lezama en el siglo XIX.

El diseño del nuevo parque público fue realizado en 1896 por el paisajista francés Charles Thays, que trabajó intensamente para la Municipalidad por décadas. La Municipalidad adquirió las casas que se abrían tanto hacia la calle Defensa como hacia Brasil, para ampliar el terreno al demolerlas. Estas demoliciones arrojaron gran cantidad de escombros que fueron usados para darle mayor altura al terreno sobre la calle Brasil. En la parte baja del terreno se levantó una escuela, que al principio funcionó en las caballerizas, pero todo fue demolido, incluso el nuevo edificio escolar de dos pisos, antes de 1950.

En el centro del parque y sobre la barranca se encuentra un templete de influencia grecorromana, en cuyo subsuelo, hoy rellenado, están sepultadas las instalaciones de los antiguos baños del parque. Actualmente alberga una estatua de la «Diana Fugitiva o Siringa», que se encontraba en mitad de lo que fuera la fuente del anfiteatro sobre la calle Brasil, hoy rellenada y usada como escenario de dicho anfiteatro, y cuyo acceso está custodiado por figuras evocativas de «El Invierno», «La Vid», «La Primavera» y «Palas Atenea».

Frente al parque se levanta la Iglesia Ortodoxa Rusa (Brasil 315), reconocible por su estilo moscovita y sus cúpulas azules, obra del arquitecto Alejandro Christophersen. En la esquina de Brasil y Defensa se encuentran dos bares notables de la ciudad: El Británico y El Hipopótamo.

El monumento a la cordialidad argentino – uruguaya.

Dominando la barranca y junto al Museo Histórico Nacional, hay una terraza con bancos y rejas de hierro que perteneció a la antigua Quinta Lezama y donde se emplazó hace pocos años una estatua de la Madre Teresa de Calcuta. Bajo esta terraza están los depósitos de mantenimiento de parques y jardines donde trabajan los empleados de mantenimiento del parque. Sobre la calle Defensa llegando a Martín García, junto al sector de juegos infantiles, funciona una calesita construida en el año 1960, que forma parte de las 53 calesitas existentes en la Ciudad de Buenos Aires. A pocos metros, un par de canchas de bochas utilizadas por una sociedad civil del barrio.

Fuente Entur

Vida Viajera