La creciente de la semana pasada hizo que Parques y la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en Cataratas, dispusiera el cierre de la pasarela que conduce a Garganta del Diablo (se pueden visitar los paseos inferior y superior).

La medida se tomó para proteger a los turistas y también para que los operarios tuvieran el tiempo necesario para rebatir las barandas y sacar los bulones que aseguran los tramos de piso a los pilotes.

El intendente Atilio Guzmán del parque, explicó: “Lo que se ha visto como algo catastrófico es para lo que se han hecho las pasarelas de manera de evitar que se dañe la estructura de anclaje que son los pilotines”.

“Cuando viene una crecida muy fuerte, se salen del apoyo en los pilotines, caen al lecho del río y están sujetas a un tensor de acero, un cable, entonces tenemos que esperar que siga bajando el agua, poder recuperarlas del lecho y reponerlas sobre los pilotines, si no están dañadas por la fuerza de la caída”, precisó.

“Tenemos que seguir esperando por lo menos esta semana, que baje más el agua y podamos evaluar a ciencia cierta los daños y ver el tiempo que va a llevar la reconstrucción o la puesta de la pasarela, o sea que no tenemos un panorama cierto del tiempo ni de lo que se dañó”, indicó Guzmán.